El desarrollo de la artrosis está vinculado a dos tipos de factores: unos que no podemos modificar por ser genéticos (edad, sexo, raza) y otros en los que sí que podemos actuar, como pueden ser: hábitos de vida, (obesidad, tipo de trabajo, actividad deportiva), alteraciones de la alineación articular, traumatismos previos articulares y cirugías entre otros.